lunes, 15 de febrero de 2010

Hmmmm, Vampiro

Nuevo capitulo, continuacion de Excursion. La verdad, personalmente me gusta este capitulo. Por cierto parece que estoy motivado en once dias, he subido 5 capitulos, no esta mal, eh? Eso si, el proximo debo revisarlo.

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… Momentos después me levante, me limpie el polvo, y me lleve la mano derecha al pecho, donde me había golpeado la bala. La mano estaba totalmente roja, mire con furia al “vampiro” y le dije:

-Hijodeputa. Joder, no sabes como me costo encontrar esta camiseta, además de mi talla. Por cierto, las balas duelen.

Si, eran balas de verdad. Si me dispararon dos veces. Si, no me paso nada de nada.

-P-p-pero, ¿qué coño eres tu?- tartamudeo el “vampiro”, parecía un poco asustado.
-Je, ya te lo he dicho, soy TU Dios. Es hora de adorarme. Mejor será que bajes el arma, me puedes enfadar.
-Maldita, maldita. He fallado, si he fallado, ¿verdad, amor? Si, si, si. Solo ha sido un rasguño, la he rozado, nada más…
-Joder, la verdad es que si tu llamas rozar a dar en medio de la frente y del pecho, estas mas loco de lo que creía. Por cierto, buena puntería.
-Calla, calla, calla.
-Paso, me gusta hablar.
-No, no, no.
-Hmmm, quiero preguntarte unas cosillas. Así que aun no me enfado.
-Calla, calla, calla.
-Primera pregunta. ¿Hay más chicas? Aparte de las que han encontrado, claro.
-No, no, no responderé.
-Vaya, has entendido mal la situación.

Me empecé a acercarme a él. Que parece que le fue una señal para volver a dispararme. Varias veces. A mi pecho, por lo que mi camiseta se estropeo del todo. No fue una buena idea. Me había cabreado. Cuando se le acabaron las balas, se puso a gritar, e intento golpearme con el puño que sostenía el arma. Agarre el puño, con mi mano izquierda, y apreté, tanto sus dedos como su arma se hicieron trizas. Grito muy alto, y se puso a llorar.

-Bien, volveré a preguntar, y espero que tu respuesta cambie.
-Si, si, si. Lo siento, amor, tengo que hablar. Duele, duele.
-Buen chico.
No, no hay más chicas. Solo las que ha encontrado la policía.
-Bien, no las secuestrabas a todas en la montaña, ¿verdad?
-No, no, no. En cualquier sitio, las veía, y ella me decía a cuales traer.
-Y ¿como las traías?
-Al principio, cuando las cogía en el bosque, me acercaba a ellas, como con tus amigas, diciéndolas que era un guardia, y que necesitaba su ayuda, entonces las dormía, con una droga.
-Y después, ¿Cuándo ya no podías cogerlas en el bosque?
-La policía empezó a estar atenta a la gente que entraba en el bosque, así que iba a centros comerciales, o calles con poca gente. Esperaba que se quedasen solas, y me las llevaba. Y las traía aquí.
-La policía no encontró la cabaña. ¿Y eso?
-Les traje, pero al estar desierta, y ayudarles a rebuscar, no encontraron la trampilla.
-Vaya, parece que el dolor te ayuda a centrarte. ¿Por qué chicas de 14 a 17 años?
-Ella me lo pedía, mi amor, me decía que debían ser ellas.
¿Qué hacías con la sangre?
-Bebérmela.-apreté un poco mas su, ya destrozada, mano.- No, no, no, se lo llevaba a mi amor. Lo siento, lo siento, lo siento, mi amor, lo siento.
-Hmmmm, me imagino que no me dirás quien es ella, ¿verdad?
-No, no, no. Mi amor, es mas fuerte que el dolor. Eres inferior a mi amor, ella es todopoderosa, me enseño los secretos. Si, si, si, algún día te encontrara, y sabrás lo que es el infierno. Estas muertas, estas muerta, muerta, muerta…
-Si, lo estoy. Y me has hartado.

Agarre su cabeza con mi otra mano, apreté un poquillo, y le lance contra la pared del otro lado. Ande hacia él, se incorporo un poco, sangrando por su mano, y la cabeza, y dijo:

-Por favor, por favor, por favor. No me hagas daño, no, no, no, no. Perdóname. Estoy enfermo, no es mi culpa, fue ella.
-Hmmmm, es hora de que te de tu medicina, ¿no? además de matar a un montón de chicas inocentes, has intentado hacerlo con mi amigas, con algo MIO, y por si fuera poco, has estropeado mi camiseta de los marcianitos. Y la sangre del pelo se lava muy mal.

No estoy muy orgullosa de lo que hice, pero bueno. Me senté en su pecho, y me puse a golpearle la cara, sentía como se destrozaba, pero no paraba. Creo que incluso me puse a reír como una loca. Cuando hoy algo a mi espalda, me volví, creyendo que podía ser “ella”. Era Laia, intentando incorporarse, me miraba con los ojos llenos de horror, totalmente rojos, las lágrimas no dejaban de caer, e incluso estaba moqueando. Entonces recobre la compostura, y fui a ella.

-Tranquila, tranquila. Ya paso. Ya no puede hacerte daño.

Cuando fui a tocar su cabeza, se aparto, y me miro con más horror. Entonces vi mi mano, totalmente cubierta de sangre. Y pensé en como debía verme ella. Su amiga (bueno ahora novia), la niña pequeña, con la cara, el cuerpo, y las manos cubiertos de sangre, acercándose a ella. Además si había visto lo que había pasado, pensaría que era un monstruo. Soy algo peor que ese desgraciado, que se cree un vampiro, pues el estaba loco. Me dolía ver como me miraba. Así que la hable bastante bajito, para intentar tranquilizarla:

-Laia, escúchame, tranquila. No voy a hacerte nada, solo te voy a desatar, y quitar la mordaza. Para que puedas llevarte a Irina de aquí. Así que no te apartes, por favor.

Posiblemente si se apartarse quedaría destrozada para siempre, pero no lo hizo. Desate primero a Irina, que seguía inconciente, comprobé su pulso, y parecía estar bien, entonces desate a Laia, y la quite la mordaza. Me abrazo.

-C-c-c-creía que te había matado. Cuando te disparo, pensé que te había perdido para siempre.

Y se puso a llorar sobre mi hombro. También lo hice. Estuvimos un rato las dos abrazadas y llorando. Ella por alivio de que aun siguiese con vida. Yo de alivio porque no me odiase, y no se apartase de mi. Al fin nos separamos, y me dijo:
-¿Le has matado?
-No, aun sigue con vida, quiero que se pudra en la cárcel.
-Pero contara lo que ha pasado.
-Esta loco. Además, ¿quien iba a creer que una niña como yo, ha recibido 6 balas, una de ellas a la cabeza, ha seguido andando, y le ha destrozado a golpes?
-Cierto, no lo creo yo, y lo he visto.

Nos quedamos en silencio. Parecía que aun estaba asimilando lo ocurrido. Cuando pasase un poco, posiblemente se daría cuenta, realmente, de lo que he hecho. De que soy un monstruo. Pero ahora no era el momento. Así que la dije:

-Bien, es mejor que te vayas con Irina, y busquéis a los policías, cuéntales lo que ha pasado, eliminando mi parte. Diles que cuando has despertado estabas lejos de la cabaña y desatada, diles que lo último que recuerdas es entrar en la cabaña. Mientras me intentare limpiar. Por suerte, aunque la camiseta esta destrozada, y la cazadora un poco manchada, la sudadera no esta mal. De todas formas aunque tenga que limpiarme, cuando lleguéis, ya estaré allí. Te lo puedo asegurar.

Ella asintió, la ayude a sacar a Irina de la cabaña, y entre las dos la alejamos. Entonces me despedí de ella, no sin antes decirla que no le contase a Irina nada de lo ocurrido. Y que mas tarde la explicaría (a Laia) todo.

Hmmm, no se si alargarme mucho mas, pero bueno, hay cosillas que debería contar. Bien, pues, volví a la cabaña, pensando en que hacer con el “vampiro”, no podía dejarlo tal cual, pero no podía matarle, no después de que le haya dicho a Laia, que no le había matado. Así que simplemente le ate con las cuerdas con la que él había atado a Laia e Irina. Después de eso, con los productos que había limpie mi propia sangre del suelo y de la pared. Y me largue.

Una lastima que le hubiese golpeado tanto, porque tal y como estaba no podía haberme contado nada mas. Busque algo para limpiarme el pelo… las manos me las había limpiado con lo mismo que había limpiado mi sangre de la cabaña. Pero no se me ocurriría echarme eso en mi melena. Por suerte no tarde en encontrar un arroyuelo, con el que me limpie la cabeza. Bueno, no estaba limpia, pero al menos no estaba cubierta de sangre. Me dirigí bastante rápido a donde se encontraban los autobuses y los profesores (mas o menos había pasado unos veinte minutos desde que las deje, y había calculado que como poco ellas tardarían media hora).

Al llegar, puse mi mejor cara de preocupación, incluso me esforcé en que asomaran unas lagrimas a mis ojos, (soy una actriz cojonuda) y me dirigí hacia uno de los profesores, que me sonaba que me daba clase. Y le dije:

-Disculpe, profesor.
-Oh, eres Anya. Dime, ¿Qué te pasa?
-P-p-pues estaba con Irina y Laia, comiendo, en el bosque. Cuando he ido al baño. Yal volver no estaban.
-Quizás te estaban gastando una broma.
-Eso pensé yo, pero habían dejado sus cosas, y he esperado mucho rato, y no volvían… y las he buscado, pero no aparecían, y, y, y entonces he venido, pero he tardado mucho, porque me he perdido…
-Bueno, no te preocupes. –Él también parecía preocupado.- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
-Estooo, pues he tardado veinte minutos o así en volver del baño, las he esperado una media hora, y después la he buscado, mas o menos otra media hora, y otros veinte minutos en venir aquí. Estoy muy asustada. ¿Y si las ha pasado algo?
-Tranquila, solo se habrán perdido.- parecía que también lo decía para convencerse a si mismo, casi mas que a mi.
-Pero, según las noticias hay un vampiro en la montaña, y si se han metido en su cueva, a lo mejor se lo han encontrado.- Tsk, parecía una cría pequeña, pero parecía que funcionaba, le había metido la duda, de que podía haberles pasado algo.
-Voy a hablar con la policía, espera aquí, Anya.
-Si, si. Espero.

Fue corriendo hacia los agentes que estaban hablando con otros profesores. Por suerte no estaba al que había insultado. A primera vista parecían bastante alarmados. Corrieron hacia mí, y me volvieron a preguntar. Les conté lo mismo que al profesor. Y empezaron a prepararse para ir en su busca, pero querían que les guiase hasta donde estábamos cuando “desaparecieron”. Lo que no me venia bien, pues quería estar aquí, cuando ellas llegasen.

En el momento que nos disponíamos a salir en su busca, salieron del bosque Laia e Irina. Irina iba apoyada en Laia, como si aun no estuviese del todo bien, posiblemente por eso habían tardado tanto. Los policías corrieron hacia ellas, al igual que yo, Laia les contó lo ocurrido:

-Creo que fue así, estábamos esperando a que Anya volviese de hacer sus necesidades, cuando el guarda forestal, se nos acerco. Creo que dijo que había encontrado a nuestra amiga, y que tenia la pierna rota. Nos preocupamos tanto, que salimos tras el, dejando todas nuestras cosas allí. No hicimos bien, creo. Llegamos a una cabaña, y nos dijo que Anya estaba dentro, cuando entramos Irina cayo al suelo, creo que me dio tiempo a gritar, antes de desmayarme, pero no estoy segura. Me desperté en medio del bosque y la cabaña no estaba en ningún lado. He ayudado a levantarse a Irina, que aun no se ha recuperado de lo que nos haya dado, y hemos venido. Aun estoy desorientada, por lo que creo que nos hemos perdido un par de veces. Ahora, solo quiero descansar.

Mientras, que Irina y Laia, intentaban llegar a donde estaban los profesores, y yo, en la cabaña una figura se acerco al “vampiro”. Le dio un par de golpecitos, y el “vampiro” abrió los ojos. Y reconoció ante quien se encontraba.

-Vaya, estas para el arrastre. Menuda paliza.
-M… a.or. A..d. ..r f.vo..
-Si, querido. Ahora te ayudo. Aunque has resultado ser un inútil. Rayos, si la poli te encuentra, a lo mejor me metes en un folión. Nada demasiado gordo, pero me molestaría. Así que te ayudare, querido.
-Gr..ia., a..r- la figura se inclino y le dio en beso en la frente.
-Bueno, ahora cual es la mejor forma para ayudarte.

Y empezó a reírse.

Nosotras volvimos a casa. Laia e Irina tuvieron que ir a comisaría, para dar declaración, tiempo que aproveche para cambiarme y ducharme. Después fui a ver como estaban. En ese momento no pude hablar con ellas.

Al día siguiente, en las noticias, se hablo del guardia forestal, que resulto ser el “vampiro” la policía le había encontrado, según informaron, gracias a fuentes que seguirán en el anonimato. El asesino, un hombre, que según sus conocidos era inofensivo, incapaz de hacer daño a una mosca, y servicial, fue encontrado, clavado de manos y pies en una pared, con una estaca en el corazón, y con una ristra de ajos en metidos en la boca. Además había sido salvajemente golpeado. La policía no sabe quien ha sido el que lo ha hecho. Yo tampoco lo sabia, y me costo convencer a Laia, de que no había sido yo (la convencí gracias a que yo no llevaba una ristra de ajos encima).

Hmmmm, ahora tenía el problema de contarle mi historia a Laia. Y encontrar tanto con quien había hecho eso al vampiro, y dar con “ella”, además de descubrir para que quería la sangre. En menudo lío me había metido.


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En el proximo episodio, que no se di dividire en dos (rellenando huecos y secretos) contare mas cosas sobre Anya. Espero que el giro que ha dado os guste, y como dije, desde el principio Anya podia resistir a que la pegasen de tiros.

1 comentario:

  1. ¡Ja! ¡Lo sabía! Era justo lo que esperaba. Escribe más.

    Por cierto... ¿folión? XD

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